Retomemos las palabras tiernas, amorosas, compasivas que hemos ido perdiendo con los afanes y tribulaciones cotidianas. Asi como la capacidad de comunicarnos, abrazarnos, mimarnos, tocarnos. Cada día estamos más distantes. No perdamos la capacidad de amar. Que al entrar a esta casita nos llevemos palabras de aliento, paz, serenidad, afecto y ánimo que nos aproxime al prójimo y sobre todo nos aproxime a Dios. Déjate querer. Raquel Demorizi
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario