Hay que estar con los ojos del espíritu abiertos para no perdernos en la oscuridad, solo un ciego camina seguro porque no ha conocido la luz. Alejarnos de las malas costumbres, hábitos, compañerismo es una buena decisión y opción.
Es difícil que un ciego guíe a otro ciego no obstante es un privilegio poder guiar al ciego al camino de la luz, además es nuestra responsabilidad no dejarles perecer en un abismo.
Podemos hacer que los extraviados vean luz en la oscuridad, con nuestro ejemplo, con nuestra adecuada forma de vivir y actuar. Si fallas, no te detengas a dar al hecho más importancia de la que merece, rectifica y retoma el sendero del bien.
Recordamos a lo seres buenos por las cosas buenas o malas que realizan, esforcémonos porque al recordar nuestros hechos las personas emitan una sonrisa de satisfacción.
Raquel Demorizi
No hay comentarios:
Publicar un comentario