Utiliza tu tenacidad, porque quien renuncia nunca gana, y el que gana nunca abandona, para triunfar en la vida debemos de ser constantes y persistentes.
Todo cuanto te viniere a la mano por hacer, hazlo según tus fuerzas. Eclesiastés 9.10
Para tener éxito en la vida cristiana y terrenal hay que orar.
Hay que prepararse tanto para el éxito como para el fracaso tomando en cuanto que solo triunfan quienes se preparan para triunfar.
Mientras llegamos al fin del viaje de la vida debemos compartir la luz del espíritu y la fórmula de oro que dice “haz con los demás lo que quieres que hagan contigo”.
La rivalidad es uno de los puntos que destruye la unidad.
El plan divino es que cada quien incremente su capacidad y talento, y la lealtad con lo que hace esto sea mucho o poco le da derecho a recibir un premio u honra.
Los que se miden y comparan entre sí mismos no son maduros. Crece.
Raquel Demorizi
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