Levántate cada mañana pensando “Hoy va a ser un gran día”. Permítete ser tu mismo. Quítate la armadura de la apariencia que precisas manifestar en cada momento. Olvídate de lo que pensaran los demás de mí. Es una forma decirles: “soy así. Acéptame tal cuál”. Eso te aporta un estado de gran relax.
¡Relájate!, cuando estés cargado de problemas. Anima a esas personas que creen estar en los últimos días de su vida. Opta por pensar en el amor, compartir sentimientos con aquellos que quieren decir cosas bellas, que no han dicho nunca.
¿Qué importancia tiene pagar la renta, hacer las tareas de la casa en esa situación? Mira cada mañana como un regalo y arriba el ánimo.
Raquel Demorizi
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