Retomemos las palabras tiernas, amorosas, compasivas
que hemos ido perdiendo con los afanes y tribulaciones cotidianas.
Asi como la capacidad de comunicarnos,
abrazarnos,
mimarnos, tocarnos.
Cada día estamos más distantes.
No perdamos la capacidad de amar.
Que al entrar a esta casita
nos llevemos palabras de aliento,
paz, serenidad,
afecto y ánimo que nos aproxime al prójimo
y sobre todo nos aproxime a Dios.
Déjate querer.
Raquel Demorizi
sábado, 18 de agosto de 2012
Ojos cerrados, ojos abiertos
Da con los ojos cerrados. Recibe con los ojos abiertos.
No esperes recompensa por ninguna acción buena que realices por tanto da sin mirar a quien le das pero recibe con gratitud a quien la mano te extiende.
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