¡Cuan bellos son los atardeceres! nunca contemplamos dos iguales.
Cada estrella parece la luz de un farol.
El ser humano es como un centinela de Dios.
Si eres feliz, alegre, jubiloso, eufórico, jovial, afable, hospitalario y humano.
Si haces el bien, encenderás la lámpara de consuelo a una vida que se encuentra viviendo en la neblina de dificultades.
Alumbraras el trayecto de quienes no saben dónde ir.
Sal con tu lámpara preparada porque siempre alguien caminara a tu lado perturbado esperando encontrar quien le ilumine el camino.
Autora
Raquel Demorizi
No hay comentarios:
Publicar un comentario