Dios mira nuestros adentros pero nosotros no tenemos la facultad de ver mas allá de las apariencias, entonces ¿porque nos empeñamos en juzgar a los demás por lo que está a simple vista?
¿Porque ser tan crueles en los juicios si también cometemos fallas? Para eso hay que ser de personalidad firme, discretos, honestos, y conscientes de que somos como todos los demás seres humanos.
Hay que amaestrar nuestras facultades para no permanecer inconmovibles frente a las circunstancias que nos rodean, como las rocas y montañas del desierto.
Dios no se olvida de nosotros ni nos deja para siempre en las prisiones así mismo no te olvides de los necesitados sobre todo de aquellos que han crecido bajo tu techo y conviven contigo a diario presos de sus propias circunstancias.
Autora
Raquel Demorizi
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