Dime si no has quedado satisfecho cuando al final de un día cualquiera compruebas que te sientes sencillamente BIEN, porque pudiste abrir los ojos a un ciego, oídos a un sordo, hacer andar a un paralitico, hablar a un mudo.
No eres Dios para hacer milagros ¿verdad? Solo que emocionalmente estas personas estaban ciegas, sordas, mudas, paraliticas, ante un conflicto, depresión, tristeza y no estaban preparados para dar un siguiente paso, necesitaron de tu ayuda que les hizo comprobar que podían.
Tienes en tus manos la herramienta con la cual nuestro padre Dios te ha dotado para que no seas egoísta y las pongas al servicio de los literalmente impedidos o discapacitados, y es que hay muchos necesitando fuerza que no se encuentra en los alimentos que ingieren sino del espíritu que viene de lo alto.
Raquel Demorizi
No hay comentarios:
Publicar un comentario